sábado, 17 de abril de 1999

AL CORAZÓN DE JESÚS

Se duele en el dolor del hijo esquivo
y sale cada día a la calzada
en busca de la oveja descarriada
un Padre, que de amor vive cautivo.

Imagen encarnada del Dios vivo
¿Dónde, segunda vez resucitada,
para una Redención exagerada,
hallas, Corazón Santo, algún motivo?

Allí hasta donde alcanza mi memoria
descubro que pecando en mi desvío
he forjado peldaños a tu Gloria.

Por eso incomprensiblemente río
y rezo la feliz jaculatoria:
¡Corazón de Jesús, en vos confío!