domingo, 25 de marzo de 2001

JAVIERADA

El alma -con su cuerpo- peregrina:
y no duele en los pies la caminata
pues se olvida el asfalto que desata
y no suda la cuesta que se empina.

No recuenta el camino que camina
ni aborrece una pena que no mata.
No puede ser Javier cosa barata:
la ruta de Javier es tela fina.

Sufrido el javieriano caminante
no busca, penitente transitorio
alcorce tentador. Tirar p’alante,

sacar toda la fe de su emboltorio,
será en verdad la opción más elegante,
será el único atajo meritorio.