viernes, 18 de diciembre de 1998

A CLINTON

Cuando a tus enemigos bombardeas
matando y humillando, cruel gigante,
proclamas un “Nuevo Orden” arrogante
y así -con explosivos- sermoneas.

¡Y quién sabe por qué nos mangoneas
la Tierra, tremolando por delante
la enseña de un progreso delirante
que avala o que corrompe las ideas!

Recuerda que tu fuerza impresionante
es débil, mandatario intransigente
de un próspero país siempre triunfante.

Que si eres hoy por hoy el Presidente
es gracias a que tienes un sangrante
apoyo en el dolor de mucha gente.