lunes, 1 de enero de 2001

A UN SIBARITA

Comer, comer, comer. Sólo comida.
Exquisitos manjares. Platos caros.
Selectos paladares. Vinos raros.
Beber, beber, beber. Sólo bebida.

Llenar la panza. En mesa bien servida
pasarse horas contando, como avaros.
Colmar hasta sus límites los cántaros.
Vivir para comer ¡qué triste vida!

A la hora de comer acompañado
quisiera prescindir de todo rito:
gustar sencillamente un simple asado,

tomar con dignidad un huevo frito,
cenar sin puntuar lo que he tragado,
catar sin augurar un cruel delito.