El ritmo de los -¡pon!- bombos retumba
en un aire que -¡pon!- caliente narra
historias de la -¡pon!- gente navarra.
La fiesta cambia -¡pon!- y se derrumba
y luego va y se -¡pon!- levanta y zumba
al guiri, al casta -¡pon!- y al -¡pon!- macarra.
La fiesta de Pam -¡plon!- ¡menuda farra!
¡menuda juerga! -¡pon!- la que nos tumba.
Yo pienso, con mi maza y con mi ¡bom! go
que soy quien marca el -¡pon!- ritmo festivo
y pienso que he llegado -¡pon!- del Congo
trayendo desde el sur humor cautivo.
Yo sueño que por tí, Pamplona, -¡pongo!-
latidos para -¡pon!- sentirme vivo.