Yo nunca consentí esta sed pagana,
se bien lo que respiro y lo que creo:
Los que bien mueren son el cielo
y viven si han bebido en la Fontana.
Mas hoy estoy dudando: hoy no veo
ni luces, ni esperanza, ni ventana.
¡Cuánto pesa la cruz esta mañana!
y cómo se retrasa el cireneo.
No dejo de pensar en el pasado
ni puedo prescindir de mi presente:
¡que arrive ya el futuro, y el nublado
que tenga que llover incontinente
descargue hasta las heces! Que empapado
me encuentre de su amor la hermana muerte.